Por: ing. Alfredo González Jr.
Nuestra personalidad, nuestros criterios, y todo lo que refleja nuestra personalidad, obedece a un sistema de creencias que están dentro de nosotros de manera consciente o subconsciente.
Así pues, cada creencia que obtienes durante tu vida y que no es analizada es normalmente la que entra en ti sin haberla digerido primero. Y eso pasa durante los primeros años de vida. Cuando empiezas a ser consciente.
La cuestión aquí es que cada evento doloroso, al no ser digerido como se debe, crean creencias que forman como tipo de muros en tu mente y en el alma.
Una creencia es como una mesa, la parte donde comes es la creencia y las patas son las referencias que les das a esa parte, de tal manera que cuando a una creencia se le da muchas referencias, puede convertirse en convicción.
En el caso de los delirios, estas creencias se implantan en la mente de las personas, y como estas tienen la finalidad de perpetuarse, lo que pasa en este caso es que, estas se van auto justificando, a tal grado que le pones más patas a la mesa, y es por eso que es tan difícil sacar a una persona de un delirio, pero no es imposible, y una manera de hacerlo es cambiar las creencias a otras, de tal manera que a la mesa principal le quites las patas y pongas otra con nuevos soportes. Y esto se logra quitando las antiguas creencias y poniendo las nuevas con nuevos soportes o referencias lo suficientemente fuerte para creerlas.
Entonces la personalidad puede ser cambiada a través de esta técnica.
Que es lo que crees de Dios, de la vida, del matrimonio, de la amistad, de las personas etc…
Puedes reconfigurar tu personalidad. Y si, hay creencias tan arraigadas que son difíciles de destruir ya que son como muros en tu mente y a las cuales debes diariamente golpear para tumbarlas.
Todo depende del cristal con el que se mira, de tal modo que si revisas tu pasado y encuentras algo que te duele. Esas creencias que te afectaron puedes cambiarlas tomando en cuenta otros puntos de vista y de esa manera trabajar sanando el futuro y vivir con alegría el presente.
Piensa que en tu niñez pudiste pasar cosas difíciles, pero piensa en las que no pasaron y que pudieron haber sido fatales, y aquí las creencias sobre tu niñez cambian automáticamente.
Esto tiene su lado peligroso, ya que, si una persona sabe las creencias que tienes y una de ellas es beneficiosa para la persona, puede tratar de darle referencias a tu creencia para que haga lo que ella quiera que hagas.
Es por eso que es tan importante que cada cosa que vemos, nos platican o escuchamos, debemos de reflexionarlas, pensarlas y meditarlas para que de esta manera podamos meterlas en nuestro sistema de creencias.
Se sugiere formar criterios y creencias que todavía no se han formado para no creer lo que vemos o leemos con facilidad.