La idea medular del señor presidente de la república con el respeto que se merezca que dicho sea de paso lo ha perdido porque no merece ser el guía de esta nación es el factor de la distracción. A estas alturas ya no le importa absolutamente nada. Él quiere marcharse a la chingada (hacienda del estado de Tabasco heredada por sus padres) con una fortuna acumulada al menos por tres o cuatro generaciones.
Fue ovacionado el periodista, describió el libro porque con toda claridad explica de cómo, el régimen federal actual trató de ocultar una verdad lacerante apapachando a los viejecitos que eso será imposible convencerlos de lo contrario.
Retrocedamos un poco: en la pasada elección para renovar gobernadores, alcaldías y congresos estatales se le denominó el día “D”, los aliados hicieron detonar sus proyectiles en el corazón de la ciudad y en la franja azul y fue la clase media, la más aborrecida por el presidente. Ya se habían cometido varios desatinos como el exponer ante la picota pública a sus antecesores. Muy bien. Estuvo mal hecho la casa blanca de la gaviota cuando Peña Nieto, pero está peor que el señor presidente nos obligue a remangarnos el cinturón porque debemos tener una política de austeridad y en un segundo paso de humildad Franciscana, cualidades que no tiene la casa gris de una ciudad de los estados unidos de Norteamérica descubierta por un ágil periodista y que habla muy bien o muy mal de las estrategias de López Obrador. Esto podría ser la punta del Iceberg pues atrás está el señor cash. La meta de este último es no dejar huella. Todo en efectivo. Ello representa junto con las rifas del avión presidencial que está costando mucho dinero su mantenimiento y que se ha rifado como tres veces y nadie se lo saca. No es más que la burla de alguien que piensa estar viendo a un pueblo que se conforma con espejitos. El problema en si existe, ha sido captado por camarógrafos, pero es más grave el hecho del que el señor presidente no haga nada por resolver estos problemas.
Tomo como asentamiento oficial el palacio nacional y, se pone a la par con los personajes de la independencia de la expropiación petrolera, de la reforma y la revolución. Y nada valiera que imitara los actos buenos pero que no aseche esas imitaciones, cuando todos sabemos que junto con su hermano pio y otros hampones de baja estofa han venido y se les paso de mano la paciencia del pueblo mexicano.
Noroña no es más que un pobre diablo que en su desesperación de no soltar la teta presupuestal es capaz de pasar por los hombros de su dulce abuelita. Noroña se rige como el Demóstenes nopalero, dando cátedra de conocimiento a las leyes pero auto ridiculizándose porque ningún cabron ha hecho nada por frenar los abusos presidenciales. Sus propios adjetivos para otros diputados se le han regresado: el que sí es un diputado nalgón y flatulento porque el espinazo completo por salvar un prestigio que el mismo presidente se ha encargado de echárselo a quienes han fustigado sin razón alguna.
Así las cosas, tocara al frente opositor ya decidió al lograr que se cumpla la ley, pero no ofreciendo a los partidos pequeños si logra imponer su voluntad el hoy tristemente célebre que ni siquiera tiene paralelo alguno, ni siquiera con Antonio López de Santa Ana que durante 17 años de vida independiente fue presidente catorce veces y de imponer el impuesto por respirar: cuatro reales por una puerta y dos reales por ventana.
Hoy después de desearle feliz navidad sobre todo a Noroña por haber ganado el premio nobel al servilismo presidencial se tomen de la mano a todos los de su calaña y se vayan todos de puntitas mucho rumbo a la chingada (chingada es la hacienda tabasqueña de López Obrador).