Belisario Domínguez, Senador de la República, tuvo como cualidad la de ser un gran memorista. En una ocasión puso en aprietos al autor de un discurso oficial pues tenía la virtud de retener con puntos y comas, la pieza oratoria que acababa de escuchar. Representó al Estado de Chiapas como senador suplente.
Cuando los hechos de la decena trágica, el dictador en ciernes, José de la Cruz, Porfirio Díaz Mory se aprestaba a dar una información falseada. Había disuelto el Congreso de la Unión y preparaba para hacer lo propio con el Senado de la República. Sin embargo, ante la indeterminación del resto de los Senadores , Belisario Domínguez, apuró el trago de la amargura y llamó a Díaz dictador, asesino y todos aquellos adjetivos que no puede enfrentar un hombre de bien.
De ahí para adelante fue vigilado por los esbirros y matones del hombre que hacía y deshacía con el destino del país. Una tarde, su intuición le indicaba que sería objeto de un atentado.
Fue secuestrado y escondido en un viejo panteón de la ciudad de México. Ahí fue bañado con petróleo y le prendieron fuego, acto seguido, le cortaron la lengua y la enviaron al chacal que para el Senador alimentaba sus meninges con coñac y marihuana.
Por eso, en la entrada del Senado de la República existe el símbolo de la valentía, del honor, del valor civil y la defensa de las mejores causas por su patria. Estos ejemplos de suprema dignidad representados hoy y siempre por el hombre que pudi defender la condición y dignidad humana deberían ser temas de estudios de las nuevas generaciones para que nunca jamás se presenten actos de barbarie que subestiman el hecho de llamarse hombre.
La frase de este día:
BELISARIO DOMÍNGUEZ ES LA ESTAMPA QUE SE DIBUJA EN EL PENCIL DE UNA PATRIA QUE CADA D´´IA DEMANDA JUSTICIA. HOY MISMO LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, ESTÁ HACIENDO HONOR AL CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES PARA QUE NUNCA JAMÁS VOLVAMOS A HACER TEMAS DE RETROCESO EN LA HISTORIA DE ESTE DIOS.