La presencia de fenómenos extra sensoriales.
En el transcurrir de mi existencia algunos fenómenos que no alcance a entender y creo que a la fecha no lo he vuelto a ver con tendencia paranormal.
De aquí se deriva el presente despacho.
Durante algún tiempo por razones de que mi madre tenía que salir a trabajar fuera de la ciudad para auxiliar a la familia Sala Sánchez, me encontraba a solas en mi recamara, la más chica de mis hijas de mis hijas estaban de compras en la despensa y de pronto voltee hacia el aparato televisor y ahí vi a los 84 años de edad la figura de un primo hermano que más primo era hermano, su nombre: Manuel Sánchez Cordero.
El varón de la familia encontraba en su recamara y uno de los nietos Alfredo Zuloaga González se encontraba en su habitación de tal suerte que lo pude apreciar a discreción, cosa curiosa sin sobresaltos y temores.
Fue una sensación inenarrable. Hoy lo he querido hacer a fin de que si me escuchó le hice la promesa que el departamento que ocupaba Luis Manuel mi ahijado al que se le habían asignado a Víctor o lo habríamos de mejorar n poco para que ingresara algo más a sus a veces menguada economía.
No había regresado por cuestiones de salud ni venir al ISSSTE.
Pero me hice una promesa y la hice en nombre de Dios creo que por buena voluntad y un poco de esfuerzo vamos a lograrlo.
La familia Sánchez Cordero me arribó cuando Emanuel por diversas circunstancias no tenía trabajo o tardaban en llegar los contratos con la familia Ruiz y tomábamos la calle hasta cruzar el muelle fiscal. El primer tendido lo daba con a pura fibra, en suelo noruego de tal suerte que la carnada siempre estaba a media agua y la escama de la lisa lanzaba reflejos con el sol que atraía a piezas mayores. De esa manera a los 45 minutos de cincuenta de estar en los pilotes resinosos del muelle fiscal ya teníamos un pez cruzado por las agallas con la piola a media agua con la finalidad de que el producto llegara fresco al brasero. Sabedor de que el producto de mares, océanos, etc. Va en proporción de una explotación razonada, tío Manuel sacaba lo necesario para dar a otro parte de la riqueza natural con que Dios nos había obsequiado. A la una de la tarde ya estábamos sacando los filetes de pargos molatos y en una tortilla de maíz sacada de las manos de mi tía Belén en tazas de peltre con líquido abundante y tomando agua de naranjita o de limón. Posteriormente le daban la herramienta y a realizar las construcciones cuyo maestro de cuchara completa el señor Manuel Sánchez González. Iba guardando dinero para el día de su santo. Eran invitados de honor los telegrafistas en la época de Oscar Avilés, Oscar Navarro García, el señor barrera, Toñito Cardoza Carballo y toda esa gente que dieron en los cruces de 16 de septiembre y Madero. Para todos ellos el recuerdo de la gente.
La frase de hoy: los compromisos celebrados con Dios son sagrados.