Un homenaje a los médicos de esta tierra.

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Hace unos días el profesor Víctor Manuel Castro Cosío titular del poder ejecutivo estatal, se reunió con profesionales de la medicina para hacer un justo reconocimiento a la labor desarrollada a través del tiempo.

Lo expresamos con motivo del día del caminero que ha sido un factor determinante en el desarrollo de la entidad. La salud como factor prioritario y como un mandato elevado a rango constitucional también fue reconocida por quienes ejercen el sagrado derecho a preservar la vida del ser humano.

Esto asocia, pues, las relaciones existentes entre el ángulo humanístico que representa la profesión y el ejercicio de la política sanitaria.

Nuestra entidad, las gripes, eran curadas con tizanas pues refiriéndonos al ámbito rural los accesos eran más difíciles. Sin embargo el hombre peninsular se las arregló cuando se sacrificaba un ave de corral, sobre todo una gallina para un buen caldo la parte posterior del ave se ponía a freír hasta lograr que soltara el aceite, que con todo cuidado recolectaban en frascos y le llamaban infundía, la cual se aplicaba cuando los catarros eran drásticos. Para males del estómago la manzanilla, yerba buena y otras plantas silvestres. Transcurrió el tiempo y en nuestra niñez recordamos a un general llamado Alberto Forcada, todos queríamos ir a consulta con él. Era muy bondadoso y nos obsequiaba con dulces cuando el problema era que el infante comía mucha tierra, parece que recetaba y obsequiaba unas cajas con tabletas de sabor chocolate, no cobraba las consultas.

Por ejemplo, el ISSSTE, nace en una cochera casi al término de la desembocadura de la avenida 5 de mayo allá por los años sesentas médicos como Carlos Estrada Ruibal, Francisco Javier Carballo Lucero, Carlos Zaragoza Cota Carrillo, eran parte de la planta de médicos que atendían a los trabajadores y familiares cuyos jefes de familia estaban a los servicios de los  Poderes de la Unión.

Recordamos con mucho respeto el viejo hospital Juan María de Salvatierra donde hoy se ubica una extraordinaria casa de la cultura, que después pasaría a la calle Bravo y Marcelo Rubio Ruiz aunque antes funciono un hospital anti tuberculoso y antes donde estuvo el consejo tutelar para menores. Hoy hay un hospital funcional con algunas carencias pero no como las de hace años. Se hace preciso recordar la trilogía Raúl A. Carrillo Salgado, Francisco Cardoza Carballo  y Enrique Von Borsten Labastida y empezaron a sumarse médicos como Salcedo Martínez, como grandes radiólogos, fármaco biólogos y el espectro se fue agrandando aunque debamos decir que ha habido imponderables en el camino pero estos renglones no tratan de  eso sino honrar como lo hizo el gobernante a todos los médicos de la talla de Cardoza Macías , Carrillo Huacuja, González Carballo, Heraclio Manríquez, Guillermo Vayarino Kelly, Rene Rouyer Garayzar y muchos médicos, uno de ellos respetado y querido recientemente desaparecido Enrique Ríos médico general de la clínica del ISSSTE, todos que fundamentaron una larga trayectoria.

Por ello es bueno que los políticos los recuerden, un Pepe Santana Pineda ya desaparecido, un Marcos Santana Robledo, un doctor Garduño de Los Cabos y el inolvidable amigo desaparecido, David Noriega García,  así como los hermanos Moreno Abaroa, por ello el acto en si representa en su intención y en su proceder un hecho humanista que sabe reconocer el esfuerzo que mucha gente que un día juraron velar por la vida de sus pacientes con auxiliares tan importantes como son el personal de la enfermería. Nada mal, señor, nada mal.

La frase de este día se la daremos a quien  que nos dijo una vez, el doctor Santana Piñeda: no hay enfermos, lo que hay son enfermedades. Un abrazo para todos.

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