Proa hacia la cima o hacia la sima

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Nos hemos preguntado de acuerdo a los últimos acontecimientos que nos puede deparar el futuro si vivimos un presente hundido en un albañal con actores maltrechos, degenerados en la honestidad, eso sí, salvo muchas pero muchas honrosas excepciones.

Al ir concluyendo el año 2022 aparece dos denuncias en un libro titulado “el Señor Cash y la Casa Gris”, de la misma autora.

Con pelos y señales relata  la confusión que hay entre la verdad y la austeridad republicana y la humildad franciscana, de cómo viven los familiares de funcionarios  y últimamente a cada minuto nos confunden con depósitos de los mendrugos comprando una democracia como si fuera una meretriz y no el destino de la humanidad como lo decía Benito Juárez.

Desgraciadamente también nosotros tenemos la culpa porque no hemos  sido capaces de ciudadanizar. No basta tener a los intelectuales ni a las clases medias porque enfrente está el dinero, el poder, y más lamentablemente aun: un ejército en el cual todavía hay oficiales que respetan su uniforme. Ocultar la verdad ya a estas alturas, pensar que el poder de un país es un cheque al portador se están equivocando.

Hay inquietud entre estudiantes, campesinos, pescadores, entre un magisterio que no se anima a dar un paso ni siquiera porque nos han robado años de trabajo para quienes se jubilaron en 1993 que no sea hasta el 2015 cuando se regularice lo injustamente descontado a sus salarios.

La demagogia ha tomado carta de naturalización, los atentados contra la prensa parece ser el pan de cada día: la presencia de personajes dipsómanos y violadores que se retiran de una campaña cuando le den una candidatura son botones que muestran la clase de zopilotes que se alimentan de la carroña que cada día que pasa desfallecen de hambre o enfermedad.

Singularizando los problemas tenemos testimonios cuando a una mujer no se le ha podido implantar una prótesis porque ahora descubrieron que tiene problemas con la vejiga y que necesita un tratamiento de láser. Vamos a advertirles que esto sea una o sea la otra cosa, si no se satisfacen esas necesidad, vamos, dijeron los familiares, vamos a acudir a la justicia federal en la Paz Baja California, hay cansancio, tensiones.

Las llamadas telefónicas a nadie asustan, es un valor “que disfraza la cobardía”, que les impide hablar de frente y no alentar el terror emocional.

Lo último que paso en Culiacán Sinaloa es la podredumbre del sistema penitenciario. Cerca de 20 reclusos entre ellos uno de alta peligrosidad arrojo la muerte de cinco custodios.

Modestia, me felicito la confianza que me tuvo un ex gobernador y nos dio la oportunidad de entrenar hombres para la libertad pero era un equipo de trabajo, de toda la barba, y hablamos de Fernando Gastelum Lara, de Sergio Aguilar Lucero, Enrique González Rulo de la Peña, de Tilo Angulo, Margarita Chávez de Sanabria y ¿saben por qué? Porque le tenían amor a la camiseta.  Solamente una entidad internacional hizo lo mismo únicamente con los ladrones que fue De Gaul en un aniversarios  de la revolución  francesa. Hoy por este país salen por la puerta grande matando gente con la complacencia del exterior, una evasión de tal calibre no se lleva a cabo sin la participación de gente de afuera. Nosotros preguntamos ¿en dónde anda el secretario de gobernación?

Y por si no bastara se denunció una llamada telefónica entre Peña Nieto y López Obrador. Seguramente no hablaron de Caperucita Roja y Blaca Nieves. Preguntamos: ¿en manos de quien estamos pues?

Y si salinas de Gortari al parecer esta exento de muchas cosas eso no lo exime de que haya que ver con la muerte de Luis Donaldo Colosio porque el procurador de justicia de su sexenio puso en su mano los proyectiles y el subdirector de la policía federal de Tijuana cuando llevaba más pruebas testimoniales al aeropuerto internacional de Tijuana al atravesar la calle fue acribillado, ¿por quién? ¿A quién le interesaba más que no llegara el hombre de Magdalena Quino, Sonora al poder?

Quizá debió esperarse algún tiempo pero la maquinaria tenebrosa estaba caminando por eso se vio obligado a elevar el discurso y en esta sola frase firmo su sentencia: México puede perdonar  cualquier cosa menos la incompetencia”.

Nosotros entendemos por incompetencia los ilícitos sin resolverse, el hambre y la sed de justicia y el hartazgo de una sociedad que cada vez se va acercando más al acantilado.

Algo nos dice que no todos los gobernadores de la nación están de acuerdo con las gracejadas de un secretario de salud que no conoce ni el paracetamol, de quienes son responsables de retirar fideicomisos para estudiantes, para que los pescadores exploten los mares, que los agricultores puedan tecnificar el uso de sus tierras y producir cosas de consumo básico, no, es demasiado pedir.

La frase de este miércoles seria: en el cabresto nos vemos. Y al que no le guste el fuste que lo tiren monte al raiz.

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