Operación barba roja vs La democracia mexicana

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Por: Profr. Alfredo González González

Fue el 22 de Junio de 1941 cuando Hitler ordenó la operación “Barba Roja” contra la Unión Soviética. Doscientos días tuvieron durando graneado a la ciudad de Stalingrado sin embargo el ejército rojo rechazo la invasión con una ayudadita que le dio el general invierno. Empezaba la  debacle del reinado de los mil años.

Una noche, que precedía al catorce de septiembre de 1813, un hombre elaboraba un documento manuscrito que integraría para su corrección a don Andrés Quintana Roo.

Eran los Sentimientos de la Nación de autoría del cura de Caracuaro, Michoacán. Se advertía en el documento histórico una república bajo un pacto llamado de la Unión que hoy conocemos también con el nombre de Pacto Federal.

Se destacan muchas cosas, entre ellas el respeto por la familia, los salarios equitativos  y si ello es importante también la separación y división de poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial, hoy a más de 200 años de distancia se ven amenazados por un soñador y un renuente indisciplinado ante las reglas de la carta federal. Hoy la cruz gamada pretende enseñorearse con un proceso histórico del Anáhuac a través de un ambicioso y una cáfila del poder por el poder y  del hartazgo de dinero.

Lo anterior indica que la historia se repite desde la vieja Europa hasta el continente. No existía razón alguna para este acto vergonzoso en el que los mismos morenistas con dignidad no desean de ninguna manera la militarización de nuestro país porque con ello el presidente de la república como comandante supremo de las fuerzas armadas tendría la sartén por el mango y lo que desea es pasar a cuchillo a la suprema corte de la nación y pisotear lo que manda la carta de la unión.

Confía el ejecutivo federal el destino de un país de un  vale de  tres mil ochocientos pesos que le dan a los mexicanos que desconociendo el fondo de la situación expresan con ternura: que bueno es el presidente y lo que les está dando es dinero de ellos mismos, de nuestros impuestos.

Los más intensos opinan que si cometieron un error garrafal de comprometerse con organizaciones no muy claras han provocado un campo de batalla en la geografía nacional,  con feminicidios, doctoras asesinadas en sus consultorios, estudiantes “Advertidos por Crescencio González Sandoval porque tienen todo el derecho del mundo en no estar de acuerdo en militarizar el país y si van a tener problemas con sus verdaderos adversarios que no caiga la gente inocente que se encuentra en medio de dos fuegos.

Yo creo que ello el luchador social, un familiar al que mucho recuerdo, el maestro Benito Beltrán Beltrán manifestaba: “Los uniformes me enferman”(Sic)

Sin embargo debemos decir que también hay inconformidad en elementos del ejército mexicano por lo que está pasando.  Una cosa es estar en la defensa de la soberanía nacional y otra, la de convertirse en enemigo del pueblo de la sociedad civil.

Pensamos que no hay mucho más que decir y pedimos a Dios que algún día nuestros hijos  nos juzguen porque hicimos lo correcto y no porque estamos en actitud vegetativa como árboles de Navidad, que todo lo que les cuelga es de adorno

La frase de hoy: cuando Huerta le mandó pedir la entrega de las armas a Emiliano Zapata, el varón de Anenecuilco  le dijo al oficial huertista cuando le expresó que si le ponía las armas se le daría la mejor hacienda del estado de Morelos. El guerrillero le contesto: “Dígale a Huerta que aunque me mande a la madre que lo parió no le pongo las armas”. Luego ordenó a su guardia personal: muchachos, a ese me lo cuelgan  y al otro déjenlo libre para que le vaya con el chisme a Huerta.

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