“…Martiniano Núñez, le grita al mentado Fierro, aquí no se come tierno, porque no te luces gritando, Viva el Supremo Gobierno”…
Y sigue el corrido por las hondonadas y cañadas. El referente al llamado Leocadio Fierro, un soldado enviado por Victoriano Huerta, para acabar con todo vestigio del Maderismo.
Siempre vivió con la duda qué tenía que ver tierno con Gobierno. La situación se refiere a que mientras que el entonces capitán Ortega Aguilar, se estaba aventando un tiro con coronel huertista, en la mesa de Caduaño. Simultáneamente bajaban por la cuesta de Caduaño, Manuel González, con su niño Eutimio y viéndose en tales condiciones, sabía Manuel que lo iban a asesinar. Y con la mirada, le expresó a su hijo que se devolviera pensando que por tratarse de un infante no lei harían nada.
El oficial desenfundó su pistola y la vació en el cuerpo de Manuel. Acto seguido, montó otro cargador y se lo vació en la espalda a la criatura. De allí cuando en el fragor del combate en La Ribera, le gritaba Martiniano Núñez, al Cabo Fierro, porque no te luces ahora, ¡aquí no se come teirno viva el Supremo Gobierno.
Adentro de la escuela había una mujercita de estatura bajita; ubicó a los niños en el suelo del salón y se asomaba a ratos por la ventana y le gritaba a los revolucionario “Chínglenlos por abusivos”. La profesora Viviana Puppo, con esto salvó muchas vidas.
Fierro despreció el valor californiano, perdiendo la vida a manos de Martiniano.