Le decían el zorro plateado

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Le decían el zorro plateado
Le decían el zorro plateado

Le decían el zorro plateado

Por: Profr. Alfredo onzález González

Fue uno de los líderes de la sección lll del SNTE, de la talla de Lorenzo López González, Miguel Liera Ibarra, Arturo Guerrero González, Fortunato García Yuen, Miguel Yee, bravos y autónomos.

Era el tío Benito Beltrán. Hombre tranquilo que era una meditación permanente y me decía: “Cuando ya los tengas listos enviada el vocablo; ¡chululum!.

Le decían el zorro plateado

Un día platicando con el general Mujica a la sazón gobernador del territorio el divisionario le expreso: “Usted Benito tiene psicología oriental”.

Para 1965 había tenido un lance el suscrito con el gobernador Cervantes del Rio. Llegue donde estaban unos amigos repartiendo y dijo: “Eres un perro rabioso”. Se la engalle y le pregunte: ¿y tú quién eres? Se me quedo mirando con mirada profunda diciéndome que era un perro viejo.

Le decían el zorro plateado

Era un enigma y me quede con esa duda. Debo agregar que le debo mucho, complejos pero había que captarle lo que decía.

Pasaron un par de años y me puse a recrearme con una película de artes marciales y los jóvenes que estaban aprendiendo el arte de la meditación y el uso de la fuerza en defensa propia y de los débiles le reverenciaban y él les daba una palmada en el hombro cuando se inclinaban y les decía: “no soy más que un perro viejo”. Inmediatamente asocie que aquel anciano había llegado a ser el maestro de varias generaciones, las artes marciales y que no tenía ni un hueso roto. Y los perros que llegan a viejos es que no los atropelló ni un carro, ni los envenenaron. Y fueron animales leales a sus amos.

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Cando un servidor combino lo magisterial con el periodismo me dijo que había escogido el camino difícil. Es el perro oficio, no el cuarto poder.

De ahí nace la expresión: ¡Nada de pinche viejo! Tenemos la maravillosa experiencia de haber estado en varias luchas sociales sin relajos, sin escándalos, sin ofensas, en a de 1965 y en la de 1970 pero el éxito no se debe a mi sino la decisión de un pueblo cuando se le ciudadaniza, se olvidan credos y condiciones sociales y queda la finalidad de buscar poder mandar en nuestra casa y no los vecinos de enfrente como dijo Alejandro Martínez.

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También en 1965 coordino las delegaciones sindicales para hacerse cargo de la elección pues estaba dudosa de qué lado estaba el líder del magisterio.

Muchas anécdotas pudiéramos platicar de él. Era un ídolo para maestras educadoras pues gracias a su tenacidad y su necedad institucional le hacía guardia a la señorita Zabaleta hasta conseguir las plazas correspondientes.

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La frase de hoy: “cuando veas a un hombre con canas recuerda que la nieve del tiempo dio brillo a muchas vidas y a sus hermanos”.

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