¡Extra Extra Extra!: Santa Claus en la cárcel.

0

Cabrá decir que los últimos pasos de mi padre por el último trecho nos acercó un poco.

El día 24 de diciembre llegaba a mi domicilio porque ya su vista era muy deficiente y le decía que se echara un taco antes de irse a acostar ya hace varios años. Este relato lo he hecho varias veces y he recibido llamada de los cabos de parte de Chuy Flores y amigos de Comondú, la relaté de nuevo sin que esto demerite el espíritu moral de la navidad.

El relato dice así:

Por estos días llegó a La Paz una persona desesperadamente buscando trabajo y no hayó más que el de alquilarse como Santa Claus. Yo notaba en mi papa una ligera sonrisa como que iba a estar de pelos el relato. Total que encontraron, inflaron el traje ya cansado, sus botas de cartón negro comprimido, un grueso cinturón, el gorro, los espejuelos y una barba impecablemente blanca. Los que organizaban este tipo de eventos era con el fin de llamar la atención de los niños que pasaban a las tiendas de juguetería. Le dijeron cuál iba a ser su trabajo. Le entregaron un saco de tela blanca bastante aprovisionado con pequeños juguetes, golosinas y silbatos y una campanita. Su tarea era decir con una voz que no asustara (jo jo jo, yo soy Santa Claus) una y otra vez. Los niños se detenían e incitaban a sus padres a que pasaran, era el gancho.

Mi papa se sonrojaba y decía: “esto lleva jiribilla”. Desde media mañana como hasta las 14:00 horas los ríos de gente empezaron a descender para volver más tarde.

Santa volteó felinamente a su izquierda y derecha, al no ver a nadie metió mano al saco y salió un horrendo y feroz litro de tequila y se aventó un generoso trago de cuatro segundos. Repitió el acto tres veces. Ya para las cuatro y media de la tarde ya no era el jo jo jo, sino decía ji ji ji y de vez en cuando un “Ajua”. El dueño del negocio se acercó para decirle que tuviera compostura. No había notado que estaba a medio chile. En eso un provinciano lo tomó por la parte posterior del fondillo y lo jaló  unos tres metros. La personalidad de Santa Claus cambió y le dijo: “ora guey, jijo de tu tiznadama!”#$%&/8”.

Entonces los niños rompieron en llanto, la interrogante era: ¿Como es posible que Santa Claus sea tan grosero?”. Para colmo de males paso una señora muy guapa y con toda reverencia le dijo: “buenas tardes señora, que buena nalga tiene”. Y oyó silbar el bolso en el aire a santa claus . Se hizo el relajo, llegó la policía y remitieron a la dirección de seguridad y transito. Esos son los antecedentes. Mi padre según su versión, era muy amigo del director de seguridad del general de brigada  Lorenzo Núñez Avilés oriundo del triunfo, uno de los militares mas humildes que conocí y le dijo oye Lorenzo, que noticias me tienes. Entonces le dijo, fíjate Beto, te tengo un notición.

Cuando mi padre llegó aquello era una cena de negros. Un oficial le dijo al detenido: “estate quieto santita”.

-te digo que no soy santito hijo de toda tu  tal por cual, yo me llamo Domitilo Espinoza de los Montero Perez y soy de la candelaria de los patos, cabrón.

Ya tranquilo, Santa Claus.

-yo no soy santa claus, a mi me agarraron para hacerla de pendejo.

Entonces agregó mi padre: “ya te has de imaginar las carcajadas que teniamos el director y yo hasta que salimos y les ordenó a los oficiales que lo llevaran a una subcomandancia y le dieran de comer.

Santa tenia las botas caidas, el cinto desabrochado y le dijo: “y quien le dijo que queria  irme si aqui estoy agusto”.

Lo subieron en una patrulla y una persona le grito: “este santa claus es puto” y le contestó: “y tu mama también”. Entonces ya lo subieron a la patrulla y exclamo: “el gusto que les queda es que no les va a amanecer nada cabrones”

Después me platicaría mi padre que al día siguiente recordó la escena con más detenimiento. Hizo una reflexión y se dijo que esto pasa por que hay mas consumismo que darle el verdadero significado a una fiesta con tanto simbolismo y me quede reflexionando en una oración y después me agregó: “después te platicare lo  que le  paso al que represento  a Caifás el viernes de Dolores en una ocasión que estuvimos en el cerro de la silla en Iztapalapa”.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here