El flautista de Hamelín

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El flautista de Hamelín
El flautista de Hamelín

El flautista de Hamelín

Por:Lawrence Joel Reza González

Supongo que ya conoces este gran cuento de la literatura universal con infinidad de versiones para leer, escuchar y/o ver.

Por si las dudas… hace mucho tiempo la ciudad de Hamelín se encontraba infestada de ratas y sus habitantes muy molestos con sus autoridades por no hacer nada al respecto.

Un día un flautista o cazador de ratas que andaba de paso llego y enterándose de la situación acordó con el alcalde que por 1000 monedas de oro, el se desharía de ellas.

El flautista de Hamelín

Tocando su flauta las encanto y estas salían de donde estuviesen para seguirle fuera de la ciudad hasta llegar a un río (Weser) donde se ahogaron.

Al volver por su pago se lo negaron, no sin antes burlarse de él.

Por lo que después muy enojado y en venganza toco la flauta de nuevo.

Pero esta vez quienes le siguieron fueron los niños, niñas y jóvenes de la ciudad a los que se llevo para nunca más volver. Dejando a la ciudad en una desdicha muy grande.

El flautista de Hamelín

Las distintas versiones señalan que los metió en una cueva o que se abrió una montaña y fueron a una tierra maravillosa, que se ahogaron en el mismo rio, que dieron a parar en Transilvania o que los devolvió después de recibir su paga o hasta más.

¿Pero sabias tu que este cuento está basado en una historia real? Que aconteció el 29 de junio de 1264 con la desaparición de 130 hijos e hijas de aquella ciudad.

El flautista de Hamelín

La documentación más antigua se encontraba en un vitral de una iglesia que databa por ahí de 1300. Pero ese templo fue destruido en 1660 aproximadamente. Esta obra de arte fue recreada por el historiador Hans Dobbertin en base a las descripciones.

The Golden Chain por el monje Heinrich de Hereford en 1370 relata: “Aquí sigue una maravilla maravillosa, que ocurrió en la ciudad de Hamelín en la diócesis de Minden, en el Año de Nuestro Señor, 1284, en la fiesta de los Santos Juan y Pablo. Cierto joven de 30 años, apuesto y bien vestido, de modo que todos los que lo veían lo admiraban por su apariencia, cruzo los puentes y entro al pueblo por la puerta Oeste. Luego comenzó a tocar por todo el pueblo una pipa de plata de la clase mas magnifica. Todos los niños que oyeron su flauta, en número de 130, lo siguieron hasta la puerta Este y fuera del pueblo hasta el llamado lugar de la ejecución o calvario. Allí procedieron a desaparecer, por lo que no se pudo encontrar ningún rastro de ellos. Las madres de los niños corrieron de pueblo en pueblo, pero no encontraron nada. Esta escrito se escucho una voz desde lo alto, y una madre lloraba a su hijo. Y así como se cuentan los años según Año de Nuestro Señor o según el primero, segundo o tercer año de un aniversario, así la gente de Hamelín cuenta los años posteriores a la partida y desaparición de sus hijos.

El flautista de Hamelín

Este informe lo encontré en un libro antiguo. Y la madre del Decano Johann Von Lüde vio partir a los niños”.

Le siguen las crónicas de la ciudad uno de sus registros en 1384 menciona “Han pasado 100 años desde que nuestros hijos se fueron”.

Varios objetos y lugares conmemoran este hecho, uno de ellos tal vez el mas impresionante es la calle “Bungelosenstrasse” (calle sin tambores) último lugar donde fueron vistos los desaparecidos.

Y que permanece en silencio absoluto de manera tácita. Aun si fuese un carnaval o desfile al llegar ahí hacen silencio, para reanudar al pasarla.

El flautista de Hamelín

Una placa con una estrofa de 1602 la precede con la siguiente inscripción “En el año de 1284 en el día de Juan y Pablo, siendo el 26 de junio, por un flautista vestido con muchos colores, fueron seducidos 130 niños nacidos en Hamelín y se perdieron en el lugar del calvario cerca de las colinas”.

Hay quienes creen que aquellos pequeños ayudaron a colonizar el resto de aquellas regiones. Pues era común en aquel tiempo que anduvieran individuos llamados “Lokators” (localizadores) que llevaban gente del Norte al Este, para repoblar o poblar distintos lugares. Ellos vestían de colores brillantes y eran de gran elocuencia o muy persuasivos.

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