Ben Bacon un anticuario especializado en muebles oriundo de Londres y aficionado a la arqueología, siempre se pregunto que significarían los puntos y rayas en las imágenes de los animales pintados en algunas cuevas a finales de la edad de hielo.
El solo comenzó observando y estudiando más de 600 imágenes y toda la información que se encontró en la Biblioteca Británica e internet acerca del arte rupestre, tratando de hallar algún tipo de patrón. Tiempo después se asesoraría con los profesores Paul Pettitte y Robert Kentridge de la Universidad de Durham en Inglaterra con los que ahora comparte créditos.
Llegando a descubrir que eran anotaciones acerca de los animales que los antiguos cazaban regularmente. En un sistema de conteo con una combinación máxima entre puntos y rayas de 13 sin volver a repetirse esto muy consistente en cómo es un calendario de tipo lunar. Y detectaron el uso frecuente de un tipo de “Y”.
Así que compararon aquella información de hace 20 000 +- 10 000 años con los ciclos biológicos de los descendientes ó animales más cercanos a estas especies, correspondiendo con la época en que se aparean y tienen a sus crías (“Y”). Momento ideal para cazarles ya que la presa se encontraría más vulnerable.
El Profesor Kentridge declaro: “Las implicaciones son que los cazadores-recolectores de la edad de hielo no vivían simplemente en su presente, sino que registraban recuerdos del momento en el que ocurrieron eventos pasados y los usaban para anticipar cuando ocurrirían de modo similar en el futuro, una capacidad que los investigadores de la memoria llaman: “viaje mental en el tiempo”.
Bacon también comento: “era surrealista sentarse en la Biblioteca Británica y descifrar lentamente lo que decía la gente hace 20 000 años. Las horas de arduo trabajo sin duda valieron la pena”.
Y la verdad es que si, ya que ahora él se encuentra dirigiendo a un equipo de alto nivel académico y con mucho ánimo para seguir realizando mas de este tipo de investigaciones.
Por Lawrence Joel Reza Gonzalez