Alondra y el Diablo
Por: Lawrence Joel Reza González
Estuve imaginando algunas formas para comenzar y también para describir esta controversial e increíble historia, al final lo más apropiado fue escribir la esencia de lo que ya se conoce…
Hace mucho en la localidad de Rincón de Romos, Aguascalientes. Hoy una de las ciudades y municipios al norte de aquel estado.
Alondra y el Diablo
Vivió una pequeña niña llamada Alondra de muy noble corazón y muy buen comportamiento. Eso si su familia era muy pobre, como ahora se dice “vivían al día”.
Una noche sus padres pudieron darse cuenta de que a la hora de acostarse. En su oración incluyo a un personaje muy singular.
Rezaba mas o menos esto: “… y cuida a mi mami, a mi papi, a mi abuela y a mis hermanitos, también cuida de Lucifer, pues nadie pide por él y yo lo hago en su lugar amén.”
Alondra y el Diablo
Temerosos de Dios sin tardanza alguna invitaron al cura de aquel lugar a “cenar”. Con la intención de que viera y escuchara lo que la niña hacia.
El sacerdote pudo atestiguar con sorpresa aquel suceso que se repetía todas las noches, manteniendo preocupados a los papás de Alondra. Pero él en su sabiduría les conforto diciéndoles que nada mas la vigilaran, que con el tiempo eso se le pasaría.
Alondra y el Diablo
Y paso el tiempo pero ella nunca dejo de repetir la misma plegaria a la hora de dormir.
Un funesto día en el que sus padres fueron a laborar para “llevar el pan a la mesa”, la pequeña sufrió un accidente en el que perdió la vida.
Desconsolados y sin dinero la velaron humildemente en su casa. Cuando de repente y sin avisar llego una carroza fúnebre tirada de seis caballos y cargada con rosas rojas, coronas y todo lo necesario para honrar e inhumar el cuerpo de la niña.
Alondra y el Diablo
Un joven de piel muy blanca, cabello negro y sedoso, de elegante vestimenta y ojos rojos ¿por el llanto? fue el que se hizo presente con todos esos preparativos.
En la iglesia se le pudo ver sentado al frente, llorando amargamente mirando al féretro de fino mineral pulido y en el cementerio lanzando un grito de dolor cuando entro en su “ultima morada”.
¿Quien era aquel joven? ¿Por qué actuaba de tal manera? ¿Cómo y cuando conoció a la pequeña? ¿Acaso fue uno de sus profesores?
Eran las preguntas que rondaban por la mente de los padres de la niña y que al final de la ceremonia y muy probablemente al serle agradecida su intervención y favores le fueron hechas.
Alondra y el Diablo
Contestando que siempre fue tenido por enemigo, ladrón, tentador traicionero, blasfemo y ofensivo. Pero que Alondra en su inocencia, dulzura y amor nunca dejo de pedir por él, noche con noche aun con el riesgo de recelos o castigos.
Antes de irse respondió a lo primero diciéndoles que recordaran el final de la oración de su hija…
Se dice que todos los años pasando el primer mes de invierno, el 24 de enero aniversario luctuoso de Alondra su tumba es adornada con una gran cantidad de rosas rojas.